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FAMILIA Y OBSTRUCCIÓN  DEL VINCULO CON LOS HIJOS

Autor: José María Bouza

  La familia es una realidad social que posee cultura histórica, dependiendo de la región y la religión. Pero que se caracteriza en general por la concepción de pertenecer, ayudarse, protegerse y contenerse, como también el actuar en conjunto contra otros, en ocasiones por el solo motivo que los otros no pertenecen a esa Familia o a sus intereses.

Como familia, los Derechos y Deberes de Padres e hijos tienen su referencia interna de conducta con la presencia del vínculo afectivo, con la comunión de sus integrantes en pos del objetivo de apoyo emocional y efectivo en busca de la estabilidad psico - social que suministran las figuras parentales para un crecimiento sano de sus miembros, y la interacción con otras familias, e individuos, dentro de un marco social y legal general que establece Derechos y Obligaciones básicas.

 Cuando se unen miembros de distintas familias se tiende a pensar que la familia de origen se agranda  con el nutriente de nuevas experiencias y personalidades que se agregan al  contexto familiar existente.

Al surgir las desavenencias con su derivación a una Separación o Divorcio, provoca un estallido emocional y la aparición de lealtades mal entendidas, lo cual conlleva a enfrentamientos que exceden el conflicto original de la pareja disuelta , convirtiéndose en bandos en pugna, con características belicosas , sin tener en claro el comienzo de la disputa y los porque de adherir a una opción de ideas y conductas, que desde lo individual les son ajenas y en donde los hijos de la pareja disuelta se conviertan en el trofeo a poseer y la destrucción del otro progenitor el medio para conseguirlo.

 La realidad está delante, pero en el momento en que intentan asignarle significados, ya no es la reali­dad sino mi realidad, la que cada uno quiere ver, a pesar de la certeza de la equivocación. Y ésta es la razón de las discrepancias sobre el entender una misma historia, que existen. entre los involucrados que asumen diferentes visiones de la realidad y del entorno, basadas en la peculiar desviación que efectúa cada uno, al consentir o rechazar los estímulos que recibe y en la adaptación que debe hacer para seguir perteneciendo al grupo familiar en cuestión para ponerse al ser­vicio de la necesidad o conveniencia, propia o ajena. El propósito es disimular las deficiencias o los conflictos existentes, por lo cual el individuo y su entorno, pretende enriquecerlas o compensarlas, con argumentos que resulten aceptables para sí mismo y para terceros y / ó para el Juzgador si están Judicializados.

El autoengaño es una práctica común, pero mas peligrosa en los conflictos de Parejas separadas con hijos menores, porque los aleja de la prudencia de la realidad hacia un escenario falso que se termina asumiendo como verdadero y actuando en consecuencia a esa errónea creencia. 

La dinámica del enfrentamiento familiar se refiere a un patrón de acciones comunes a la mayoría de los casos conflictivos, cuya fuerza impulsora se potencia o derriba las pautas culturales de estructura normal de dicha familia, otorgándole un sello personal, incorporándose dos figuras antagónicas, una representada nítidamente por la Familia que conserva a través de su Progenitor a los hijos y que asume la decisión obstructiva de vinculo y la otra mas difusa, privada injustamente del vinculo con los niños por la precariedad existente en la defensa del vinculo filial,  configurando estilos distintivos del hacer y sentir de cada grupo familiar.

En su contexto más amplio, implica en estas familias tanto obstructoras como obstruidas un funcionamiento degenerativo entre sus miembros, a través de una red de comunicación relacional y en su espacio más íntimo de pertenencia, que lo trasladan a su ámbito social, tratando de tejer alianzas obstructivas o liberadores de los niños.

En las Familias obstruidas se identifica la actitud de acompañamiento al dolor, originado  por los inconvenientes para estar con los niños y el sufrir por las estrategias desvinculantes generadoras de procesos legales y manipulación afectiva sobre los hijos para el rechazo hacia el progenitor no conviviente y familia extensa , con perturbadoras conducta individuales de los miembros obstructores , que convierte al clan restrictivo en un grupo violento y litigioso.

En este sentido, se puede calificar de disfuncional, a estas familias con tipos de tramas vinculares disímiles, que le da significado real a la  apreciación que cada sector tiene de la historia y el proceso interno y el externo, representado por las acciones legales y lo mediático, tendiente a defenestrar al Progenitor obstruido, con el objeto de justificar la ilegal obstrucción vincular.

El quiebre conyugal se produce desde esas dos personas que no pudieron recrear un proyecto de vida en común. Se puede pensar en una toma de posiciones de los integrantes de ambas familias y amigos a partir de la comunicación oficial de la separación, aunque antes del apartamiento, se va recreando un mundo de alianzas y traiciones que comparten el devenir de la caída conyugal , hasta la fractura final de la pareja , situación que genera y retro alimenta el conflicto ya existente, pero, el núcleo dinámico del conflicto de la separación no es la conducta de los individuos de esa pareja, sino la interacción familiar corrosiva que participa de la etapa conflictiva inicial, que se produce entre dos personas que han ido desarrollando distintos intereses a ritmos diversos, sin privilegiar el compatibilizarlas y/o negociar y que envuelve a su vez, a los hijos en una escalada de acciones y reproches, en donde pierden su individualidad para pasar a forma parte de los grupos familiares adversarios.

Si bien es cierto que la iniciación de los conflictos por los hijos tiene su apertura en las desavenencia de pareja, en la falta de dialogo, en la violencia ó el maltrato de uno hacia otro, ó por parte de ambos, se debe prestar atención en las desafortunadas intervenciones de terceros, en las traiciones, en las caídas económicas, en las alteraciones mentales.

En la falta del consejo bien intencionado de amigos, familiares y profesionales para que hagan del   dialogar, consensuar, respetarse una costumbre preventiva , se encuentra el mayor déficit y en donde  dañar, denunciar y /ó agredir como medio expresivo surge nítidamente a través de los hechos.

Lo usual de estos conflictos es que los hijos quedan a cargo del Progenitor de mayor desequilibrio emocional y que ya mostraba sus modismos obstructivos y de posesión de los hijos ó de la pareja en relación al vinculo con los familiares y amistades, por lo que no representa una novedad que tras la separación  dificulte o impida el vinculo de los hijos con el otro Progenitor y Familia extensa.

Dentro de este marco obstructivo de los hijos y expulsivo del Progenitor no conviviente , se acude a la Justicia ante la imposibilidad de hacer desistir de esas acciones deleznables, en la esperanza de encontrar un limite a la arbitrariedad de la Tenencia abusiva de los hijos. Incorporada la Familia, anoticiados las amistades y los lugares de trabajo e ingresados al Sistema Jurídico, el conflicto deja de ser de Pareja y pasa a ser Judicial y Social, pierden la capacidad de decidir por si mismo.

Las situaciones de enfrentamiento previas a la separación deja secuelas en la Pareja que se traducen en baja autoestima, frustraciones y desacuerdos y debilitamiento de la función Parental, en muchas ocasiones ya delegadas a los Abuelos ó Tíos, comienza a entregar conceptos claros sobre cual va a ser el tejido Familiar dominante, que se estructura para proceder a la critica y castigo según la interpretación de la parcializada historia de los porque de la ruptura que reciben, y que también instala su huella en los hijos.

Con el efecto residual de la contienda se expresa en una comunidad familiar estresada, vulnerable, confusa y sensible que pierde el eje de la realidad y se suma a favor de la causa, según el modo de pertenencia y labor obstructiva ó defensiva que asuma o que se les asigne.

La interacción de los personajes confluye en una manipulación tanto hacia dentro del grupo Familiar, como hacia terceros necesarios.

Manipular a una persona es producir influencia sobre ella, estimulándola a tomar decisiones muchas veces opuestas a su propia decisión ó intereses. Todos sufrimos algún tipo de manipulación desde los individual a lo masivo y también manipulamos conciente o inconscientemente, y ese manipular puede ser útil y sano, pero a lo que hacemos referencia es a la que origina perjuicio, cuyo  objetivo es provocar actitudes que afecten negativamente al manipulado y que este tome acciones sobre otros.

Desde este panorama de situación que ofrece el escenario del conflicto y  que vivencia la pareja, trasciende e ingresa al tejido interno familiar, destruyendo la posibilidad del mantenimiento Parental como proyecto de vida de los hijos , mas allá de la separación de sus Progenitores, para emerger como una Familia agrietada , que acomoda sus acciones y la vida diaria en función del conflicto y la necesidad de obstruir y mantener el cerco obstructor, perdiendo la posibilidad de reestablecer funciones sanamente cuando todavía no se produjeron los enfrentamientos , en donde si se conservara la distancia familiar y se enmarcara en la prudencia, evitando la exacerbación, se podría acomodar a las familias como protectores de lo que quedo, que son los hijos y no como actores de un enfrentamiento sin reglas éticas, en donde prima el apoderamiento de los hijos, mediante lo que fuera necesario, incluido lo ilegal, desestructurando a los componentes de ambas familias , creando enfrentamiento internos y nuevas rupturas familiares por el alto componente emocional que esta en juego en forma permanente, al verse expuesto al clima efervescente de la ruptura del lazo Progenitor no conviviente -hijo.

En este contexto la Familia obstructora asume un sistema de estructura de conducta delictiva que va en aumento y la necesidad de recubrir sus arbitrariedades, mediante la destrucción de la imagen del Progenitor obstruido y su entorno , frente al resto de la familia, la Justicia y la Sociedad y al otro lado se presenta el grupo Familiar obstruido que se asume como una victima del otro grupo y del Sistema Jurídico que lo ubica en un rol perdedor, discriminado por el solo hecho de no poseer la Guarda de los hijos.

Desde un aspecto estandarizado se considera que la mayoría de las Parejas que se divorcian  pasan por etapas personales y jurídicas muy traumáticas, y de acuerdo con esta realidad se imponen roles predeterminados desde lo Judicial, con el propósito de un supuesto proteger el bienestar de los hijos y sus intereses,  tomando en muchas ocasiones resoluciones erróneas que afectan el presente y el futuro de esa familia disuelta, entregando el Poder absoluto sobre los hijos en desmedro del otro Progenitor , estableciendo un enfrentamiento por la disparidad en la capacidad que tiene cada uno en relación a los Derechos sobre los hijos, pero el problema surge, cuando quien ejerce la Guarda , tiene problemas inherentes a su personalidad para su correcto ejercicio, sea por problemas psicológicos o de conductas abusivas y se percate de la impunidad que tiene sus desobediencias judiciales..

Los efectos de esta dinámica confrontativa en una familia quebrada, devienen en intensas reacciones emocionales, relacionadas con la Tenencia, la cuota Alimentaría, los Regímenes de visitas y los comportamientos alienadores, situaciones que modifican las conductas de las personas según el lugar que ocupen desde lo legal y el grupo familiar existente , junto con la capacidad de estos de influenciar negativamente o de la falta de responsabilidad en cooperar por el bien de todos

El régimen de visitas con dependencia en  las decisiones del Guardador obstructor, produce las fracturas familiares, dado que constituye una instancia artificial de Poder que desarticula cualquier intento de cotidianeidad filial, enfrentándose a una escabrosa interrupción en la forma de contacto, viéndose obligado a adaptar sentimientos , pendientes de mínimos regímenes de visitas , o visitas supervisadas o sin certeza de cumplimiento. Esta situación impide la adaptación de todo el grupo familiar en la etapa post-separación conyugal, momento en que se debe construir un nuevo estilo vincular, entre Padres e hijos.

A su vez, el intermitente Régimen de visitas y su perfil reducido en lo temporal, entorpece el establecimiento de una relación Filial positiva. 

En este aspecto, los factores desestabilizadores se expresan como:

Un Progenitor no conviviente que empieza ver una realidad injusta y desprotegido en su Derechos, que necesita el afecto de los hijos, para poder consolidar el vinculo desde una perspectiva externa, con perdida de decisiones  y que esta condicionado a los deseos y estados de animo del Progenitor conviviente , que se reconoce con el Poder total.

 Ante este contexto el Progenitor entorpecido en el vinculo debe trabajar en: 

 Podría decirse, que cada época delimita un nuevo concepto de familia, que hoy en día se observa desde el prisma de la Separación de la Pareja y sus conflictos y en donde erróneamente se lo quiere encasillar como un problema de dos individuos enfrentados,  cuando el factor Social es condicionante de la presencia y continuidad de dichos conflictos, tanto desde los Social familiar, como lo Judicial. Esto deviene, porque los cambios Sociales no han sido expresados en el Derecho, adaptando las Leyes y los Procedimientos a la realidad de la Sociedad en donde el  Eje relacional de  Pareja, Familia, Mujer y la nueva masculinidad mas cercana al ejercicio pleno de la paternidad , emerge como una polémica desmesurada.

En este contexto, la identidad social de la Mujer asociada a la maternidad y al cuidado de los hijos a variado de la misma forma que el rol del varón como proveedor y excluido con aceptación de la crianza efectiva de los hijos , que desde lo Legal se traduce  en forma Discriminatoria en el Derecho exclusivo a los hijos post-separación conyugal otorgados a las Mamás si evaluación de capacidad  o posibilidades optimas de ejercerla.

Este Derecho al ejercicio de la Tenencia instantánea, no se condice con las innovaciones sociales y son generadores de mayores litigios y perdida de protección hacia los hijos

El ser humano tiene capacidad de ejercer distintas tareas sin distinción de Genero y una de ellas es el hacerse cargo de los hijos, ya sea ante una ausencia por fallecimiento ó incapacidad ó Divorcio, con efectividad y formas de ser y hacer familia, y su reconocimiento garantiza la inclusión social  y desarrollo vital de sus miembros y la merma de enfrenamientos Judiciales,  en cuanto el administrador de Justicia actúe con equidad, en busca del mejor responsable de la familia con su Progenitores separados, en donde los  integrantes cumplan sus labores en el respeto a la Ley y sus hijos, con la menor intervención del Estado supervisor.

Una cultura Jurídica social que no interpreta la actualidad de la Sociedad, entiende que los hijos ante una separación de los Progenitores deben estar con la Madre, y no sería discutible si esa persona esta en condiciones de ejercer el rol de cuidarlos, respetar la relación natural afectiva con el Padre y mantener el equilibrio entre lo que representa la separación traumática de la Pareja y la continuidad de los lazos familiares. De no cumplir estas condiciones mínimas,  pone a los niños en situación de riesgo y exacerba un litigio que se presenta interminable, que consume emocional y económicamente a todo el grupo familiar y produce un sobresaturación en la administración de Justicia. con su consiguiente ineficacia y perdida de credibilidad.

Los cambios sociales muestran cada vez mayor cantidad de Papás que desean hacerse cargo de los hijos y tienen el tiempo, la voluntad y la capacidad para hacerlo bien y esto genera resquemor para sectores que entienden a los hijos como una propiedad histórica no transferible y no como seres humanos con sus Derechos, entregando respuestas violentas y acciones desmedidas y discriminatorias para sostener lo que la realidad muestra, que tanto Mamás como Papás pueden hacerse cargo de sus hijos y no es una cuestión de Genero sino de amor y de responsabilidad.

La familia ensamblada , los tuyos, los míos y los nuestros, es una manifestación de la sociedad contemporánea, en la cual uno, o ambos miembros de la actual pareja tienen uno o varios hijos de uniones anteriores y que lo que se debe intentar es sumar y no restar, en la medida que se entienda  que Derechos y Obligaciones, van de la mano del respeto y el concepto de la Familia ampliada.

Las polémicas pueden ser  constructivas, son el origen, por excelencia del debate de conceptos , de exponer una idea y nutrirla para optimizarla. Pero poco de bueno puede surgir cuan­do la polémica nace de una  negación de la realidad y a partir de la necedad, impregne de violencia toda la critica. Cuando un sector se apodera de la verdad y la manipula a su antojo e intenta crear un pensamiento malicioso proyectando un eco que repite sin pensar , genera la desinformación, evita la reflexión, y, se lo haya propuesto o no, condiciona. ¿A quién?, el Juez, cuya tarea debiera ser exami­nar con lupa lo que recibe dentro de un incidente Judicial de Familia.

Si fallara en favor de uno, muchos creerán certificado el pre­sagio malediciente, y si fallara a favor del otro, otros tantos deducirán la influencia de los dichos del otro sector.

¿ Qué debiera hacer el Juez? Examinar exhaustivamente todo lo presentado, pero desde la prioridad que representan los hijos y no el Genero de quien se presenta, pero los mensajes distorsivos , ergo, condicionan al Juzgador. ¿Qué debiera hacer el Juez? evaluar todos los elementos debidamente probados e invitar a recordar a las partes que la defensa de la igualdad de posibilidades y de la verdad protege a los hijos, futuros adultos, que refieren defender.

 Se reclama masivamente la aceptación de los nuevos cambios sociales , la igualdad de oportunidades, pero en lo que respecta a Familia y los Hijos, se pretende seguir pensándola como “Antes”, cuando el “Hoy” depara nuevos desafíos de entendimientos y abordajes.

Frente a estos recientes espacios familiares, es necesario extender nuestras miradas mas allá de lo personal ó grupal,  para ampliar el concepto practico de Familia y vínculos filiales, y no  permitir que la noción de separación de pareja se equipare al de la destrucción familiar y para eso hace falta que los Profesionales del Derecho y la Salud mental se despojen de conceptos discriminatorios en pos de la protección de todo el Grupo Familiar que ingresa al peligroso mundo de las separaciones con hijos menores y que hay que concederles el amparo del Derecho y la prescindencia de terceros inmiscuyéndose para fogonear el conflicto.

El mostrarnos vacilantes por la incapacidad de aceptar las diversas expresiones de Familia, limita el desarrollo de una nueva Sociedad con roles conocidos pero que puede actuarse sin distinción de Genero.

Una vez originada la separación ó divorcio, los adultos pueden encarar otros proyectos vitales, representados por nuevas uniones, nuevos hijos, nuevos vínculos y nuevas relaciones sociales, que se traduce en nuevas obligaciones, asumidas con gusto y no impuestas por costumbres y de escasas posibilidades de éxitos y culturas que van exponiéndose perimidas y con necesidad de revisión.

En este aspecto, el nuevo modelo familiar emerge multifacético, pero mantiene la presencia de los Mayores que asumen el rol custodio como a sido siempre y los hijos siguen ocupando su posición de vulnerables, con necesidad de ser  protegidos.

 Autor: José María Bouza  - Periodista - Co autor del Libro – “ (SAP) SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL Proceso de obstrucción del vínculo entre los hijos y uno de sus progenitores “, Co – autor del Libro “Restitución internacional de Menores – Aspectos Civiles y Penales” , Autor de la Obra de Teatro “ Atrapados en la Justicia”, Fundador – Presidente de APADESHI –Asoc. De Padres Alejados de sus hijos – Argentina - www.apadeshi.org.ar

 

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