APADESHI Asociación de padres Alejados de sus hijos
SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL
Qué es el Síndrome de Alienación
Parental o S.A.P.
Por Lic. Patricia Martínez Llenas
Se entiende como el intento sostenido por parte del progenitor, generalmente conviviente, de impedir, obstaculizar o destruir los vínculos de los hijos con el otro padre, plenamente competente, a partir de la definición dada por el Dr. Richard Gardner de Síndrome de Alienación Parental (Parental Alienation Syndrom, PAS).
“Es una forma muy grave de
maltrato y de abuso infantil, concretamente es una forma severa de abuso
emocional y participa también de las características del maltrato por
negligencia sobre los menores.“[1]
Por lo tanto se trata de atentados en contra del vínculo de los hijos con el padre no custodio, y para ello se despliegan las siguientes conductas manipulatorias:
Ø Impedir que el otro progenitor ejerza el derecho de convivencia con sus hijos.
Ø Desvalorizar e insultar al otro progenitor en presencia de los niños y en ausencia del mismo.
Ø Ejercer e implicar al entorno familiar propio (nuevo cónyuge, abuelos, tíos...) en el lavado de cerebro de los hijos.
Ø Ridiculizar los sentimientos de afecto de los niños hacia el otro progenitor.
Ø Premiar las conductas despectivas y de rechazo hacia el otro padre.
Ø Aterrorizar a los niños con mentiras respecto de la figura del progenitor ausente insinuando o diciendo abiertamente que pretende dañarlos o, incluso, matarlos.
Ø Presentar falsas alegaciones de abuso (físico y/o sexual) en los tribunales para separar a los niños del otro progenitor.
Ø Intentar cambiar los apellidos de los hijos para que pierdan el del progenitor alienado.
Ø Cambiar de domicilio, con el único fin de destruir la relación del padre ausente con sus hijos.
Ø Presentar al nuevo cónyuge a los hijos como el nuevo padre o madre...
Ø Todas estas manipulaciones van generando en el niño la falsa creencia que todo cuanto relata el/la progenitor/a aliendor/a es efectivamente cierto, por lo que se va creando un sistema de creencias subjetivas que se las denomina co-constructo, producto de una inculcación maliciosa sostenida en contra del progenitor alienado.
Ø
El progenitor alienador no cesa en estas
actividades querellantes, por lo que se vislumbra la existencia de severos
trastornos de personalidad, pudiendo encontrarse desde personalidades paranoides,
borderlines, psicopáticas, hasta verdaderas psicosis paranoicas con presencia
de delirios persecutorios en red que se harán extensibles a la familia extensa
tíos, abuelos, etc. Esta actitud
patológica generada desde el progenitor alienador, provoca una retracción en
los vínculos afectivos familiares de los niños, pudiendo llegar a aislarlos y
convertirlos en rehenes de su accionar enfermizo.
Ø El progenitor alienador involucra no sólo a sus hijos en contra del otro progenitor, sino que busca alianzas alienadoras con profesionales que actuarán durante el proceso judicial en pos de sus reivindicaciones.
Ø Esta modalidad querellante que reviste el S.A.P. aparece dentro de un contexto familiar conflictivo derivado de separaciones y divorcios controvertidos, por lo que la venganza conyugal será el sentimiento de base que conformará y retroalimentará el accionar del progenitor alienador.
Ø Los niños alienados se comportarán en consecuencia con los mandatos del progenitor alienador, repitiendo la programación de la que fueron objeto, y apareciendo esto a los ojos del observador externo, como una adhesión emocional al alienador, y un ataque frontal al progenitor alienado, anteriormente amado por el niño.
Errores que deben evitarse (*)
1) Tener en cuenta únicamente la opinión de los hijos |
Los hijos observados parecen funcionar bien en la escuela. Su vida social parece normal y, a primera vista, no presentan psicopatología particular. Sin embargo, todos, en diversos grados, piden la cesación de los contactos con el otro progenitor. Es entonces cuando se dispone que, por el interés del hijo, terminen las visitas por ser "traumatizantes... no se debe obligar al hijo..." ¡Y de repente se trataría del interés del hijo, de sus derechos y de su necesidad de tener nada mas que un sólo progenitor! (LAMONTAGNE, pag. 179, §2) |
2) Ordenar que ambos padres decidan juntos el bienestar de los hijos |
Eso es ignorar la amplitud del problema. Por un lado hay que dejar de creer en la buena voluntad del alienador, por otro lado hay que parar su acción nefasta utilizando el poder que tiene la sociedad, es decir recurriendo a la "función tercera" (LAMONTAGNE, pag. 197, §1) |
3) Ordenar una terapia familiar tradicional |
Ordenar una terapia tradicional no tiene efecto. Los padres que inducen un síndrome de alienación parental no son candidatos a una terapia. Un candidato tiene que ser consciente del hecho que tiene un problema psicológico y tiene que querer curarse. Por lo que se refiere a los hijos, aun con una sesión de terapia diaria, el resto del tiempo sería utilizado para continuar adoctrinándolos. Se puede comparar un progenitor alienador con un gurú de una secta. Para que una desprogramación tenga éxito, el hijo debe ser separado de todo contacto con el autor del adoctrinamiento. Finalmente, ordenar una terapia tradicional da al progenitor alienador una ventaja, ya que el tiempo juega en su favor (GARDNER_ADDENDUM2, §7 y 8) |
Se observan a menudo los mismos
comportamientos en el progenitor alienador, quien sabotea la relación entre los
hijos y el otro progenitor: (CHILDALIENATION, §2)
1 |
Rehusar pasar las llamadas telefónicas a los hijos. |
2 |
Organizar varias actividades con los hijos durante el período que el otro progenitor debe normalmente ejercer su derecho de visita. |
3 |
Presentar al nuevo cónyuge a los hijos como su nueva madre o su nuevo padre. |
4 |
Interceptar el correo y los paquetes mandados a los hijos. |
5 |
Desvalorizar e insultar al otro progenitor delante los hijos. |
6 |
Rehusar informar al otro progenitor a propósito de las actividades en las cuales están implicados los hijos (partidos deportivos, actuaciones teatrales, actividades escolares...) |
7 |
Hablar de manera descortés del nuevo cónyuge del otro progenitor. |
8 |
Impedir al otro progenitor el ejercer su derecho de visita. |
9 |
"Olvidarse" de avisar al otro progenitor de citas importantes (dentista, médico, psicólogo...) |
10 |
Implicar a su entorno (su madre, su nuevo cónyuge...) en el lavado de cerebro de los hijos. |
11 |
Tomar decisiones importantes a propósito de los hijos sin consultar al otro progenitor (elección de la religión, elección de la escuela) |
12 |
Cambiar (o intentar de cambiar) sus apellidos o sus nombres. |
13 |
Impedir al otro progenitor el acceso a los expedientes escolares y médicos de los hijos |
14 |
Irse de vacaciones sin los hijos y dejarlos con otra persona, aunque el otro progenitor esté disponible y voluntario para ocuparse de ellos. |
15 |
Contar a los hijos que la ropa, que el otro progenitor les ha comprado, es fea, y prohibirles de ponérselo. |
16 |
Amenazar con castigo a los hijos si se atreven a llamarle, a escribirle o a contactarse con el otro progenitor de la manera que sea. |
17 |
Reprochar al otro progenitor el mal comportamiento de los hijos. |
¿Cómo identificar un niño alienado?: Criterios de identificación
Síntoma |
Explicación |
1. Campaña de denigración |
Esta campaña se manifiesta verbalmente y en los actos. |
2. Justificaciones fútiles |
El hijo da pretextos fútiles, poco creíbles o absurdos para justificar su actitud. |
3. Ausencia de ambivalencia |
El hijo está absolutamente seguro de él y de su sentimiento hacia el progenitor alienado, es seguro y sin equívoco: es el odio. |
4. Fenómeno de independencia |
El hijo afirma que nadie lo ha influenciado y que ha llegado solo a adoptar esta actitud. |
5. Sostén deliberado |
El hijo toma de manera pensada la defensa del progenitor alienador en el conflicto. |
6. Ausencia de culpabilidad |
El hijo no siente ninguna culpabilidad por la denigración o la explotación del progenitor alienado. |
7. Escenarios prestados |
El hijo cuenta hechos que manifiestamente no ha vivido él, o que ha escuchado contar. |
8. Generalización a la familia extendida |
El hijo extiende su animosidad a la familia entera y a los amigos del progenitor alienado. |
Los
tres estadios de la enfermedad del hijo
Estadio I |
En este estadio, las visitas se pasan en general de manera calma, con un poco de dificultades en el momento del cambio de progenitor. En cuanto el hijo está con el progenitor alienado, las manifestaciones de la campaña de denigración desaparecen o se hacen discretas y raras. La motivación principal del hijo es conservar un lazo sólido con el progenitor alienador (GARDNER3, §20) |
Estadio II |
El progenitor alienador utiliza una gran variedad de tácticas para excluir el otro progenitor. En el momento de cambio de progenitor, los hijos, que saben lo que el progenitor alienador quiere escuchar, intensifican su campaña de denigración. Los argumentos utilizados son más numerosos, más frívolos y más absurdos. El progenitor alienado es completamente malo y el otro completamente bueno. A pesar de eso, aceptan irse con el progenitor alienado y, una vez totalmente aislados del progenitor alienador, se ponen más cooperativos. (GARDNER3, §27 y 28) |
Estadio III |
Los hijos están en general perturbados y a menudo
fanáticos. Tienen los mismos fantasmas paranoicos que el progenitor
alienador hacia el otro progenitor. Pueden entrar en pánico por la sola
idea de tener que visitar al otro progenitor. Sus gritos, su estado de pánico
y sus explosiones de violencia pueden ser tales que visitar al otro
progenitor llega a ser imposible. Si a pesar de eso se van con el
progenitor alienado, pueden huir, paralizarse por un miedo mórbido, o
adoptar una actitud continua tan provocadora y destructora, que llega a
ser necesario llevarlos de vuelta con el otro progenitor. |
¿Cómo
identificar el estadio de la enfermedad en función de los criterios?
Es primordial que se establezca un diagnóstico correcto antes de elegir el
tratamiento a seguir. Un error de diagnóstico puede conducir a errores
dolorosos causando un traumatismo psicológico significativo en todos los
involucrados. El estadio de la enfermedad no depende de los esfuerzos hechos por
el progenitor alienador, sino más bien del grado de "éxito" que
tenga con el hijo (GARDNER3, §17)
Síntomas |
Estadio ligero |
Estadio medio |
Estadio grave |
Campaña de denigración |
mínima |
media |
fuerte |
Justificaciones fútiles |
mínimas |
moderadas |
múltiples y absurdas |
Ausencia de ambivalencia |
ambivalencia normal |
ninguna ambivalencia |
ninguna ambivalencia |
Fenómeno de independencia |
generalmente ausente |
presente |
presente |
Sostén deliberado |
mínimo |
presente |
presente |
Ausencia de culpabilidad |
culpabilidad normal |
poca o ninguna culpabilidad |
ninguna culpabilidad |
Escenarios prestados |
poco |
presente |
presente |
Generalización a la familia extendida |
mínima |
presente |
enorme y fanática |
Otros criterios |
Estadio ligero |
Estadio medio |
Estadio grave |
Dificultades en el momento de ejercer el derecho de visita |
generalmente ausentes |
medias |
enormes, o visitas imposibles |
Comportamiento durante el derecho de visita |
bueno |
hostil y provocador de vez en cuando |
destructor, siempre provocador o ninguna visita |
Lazo con el progenitor alienador |
fuerte y sano |
fuerte y ligeramente hasta más o menos patológico |
gravemente patológico, a menudo paranoico |
Lazo con el progenitor alienado |
fuerte, sano o un poquito patológico |
fuerte, sano o un poquito patológico |
fuerte, sano o un poquito patológico |
¿Cómo ver la diferencia
entre un síndrome de alienación parental y un caso de abuso o de descuido?
Cuando hijos manifiestan una animosidad hacia uno de sus progenitores, a veces
el otro progenitor llega a acusar al otro de abusar de ellos (físicamente o
sexualmente) o de no ocuparse de ellos normalmente, mientras que este acusa al
primero de haber programado los hijos en contra de él. Es importante distinguir
los dos casos. En presencia de abuso o de descuido grave, el diagnóstico de
alienación parental no se aplica (GARDNER1, §4)
Criterios |
Caso de abuso o de descuido |
Caso de síndrome de alienación |
1) los recuerdos del hijo |
El hijo abusado recuerda muy bien de lo que le ha pasado. Una palabra basta para activar un raudal de informaciones detalladas. |
El hijo programado no ha vivido realmente lo que el progenitor alienador afirma. Necesita ayuda para "recordar" los acontecimientos. Además sus escenarios son menos creíbles. Cuando se interrogan separadamente, los hijos dan a menudo versiones diferentes. Cuando se interrogan juntos, se echan miradas cómplices entre ellos, cosa que no ocurre con los hijos víctimas de abuso real (GARDNER1, §50 y 51) |
2) la lucidez del progenitor |
El progenitor de un hijo abusado se da cuenta de los efectos desastrosos que trae la destrucción progresiva del lazo entre los hijos y el otro progenitor, y hará todo para reducir los abusos y salvar la relación con el progenitor que abusa (o descuida) del hijo. |
El progenitor alienador no se da cuenta (GARDNER1, §59) |
3) la patología del progenitor |
En el caso de comportamientos psicopatológicos, un progenitor que abusa de sus hijos presenta también estos comportamientos en otros campos de la vida. |
El progenitor alienador aparenta estar sano en los otros campos de la vida (GARDNER1, §65 a 67) |
4) las víctimas del abuso |
Un progenitor que acusa al otro de abuso de sus hijos lo acusa en general también de abusos hacia él mismo. |
Un progenitor que programa a sus hijos en contra del otro progenitor se queja en general solamente del daño que el progenitor alienado hace a los hijos - aunque los reproches contra él no deben de faltar, ya que hay separación de por medio (GARDNER1, §71) |
5) el momento del abuso |
Las quejas de abuso son de mucho antes de la separación. |
La campaña de denigración contra el progenitor alienado empieza después de la separación (GARDNER1, §74 y 75) |
¿Cómo
tratar el síndrome de alienación parental?
Medios
legales y terapéuticos
Estadio |
Enfoque legal |
Enfoque terapéutico |
||||||||||||||||||||||
I - Ligero |
ninguno |
ninguno |
||||||||||||||||||||||
II - Medio |
|
|
||||||||||||||||||||||
III - Grave |
|
(mismo enfoque que para el estadio medio) |
Tratar
la enfermedad en el estadio I (ligero)
En general, la simple confirmación por parte del tribunal que tiene la tenencia
principal hace que cese la campaña de denigración del progenitor alienador
(GARDNER3, §22)
Tratar
la enfermedad en el estadio II (medio)
El hijo ha creado en general un lazo más fuerte con el progenitor que se ha
asegurado la continuidad. Entonces es lógico no quitarle la tenencia principal
del hijo.
Sin embargo, la amenaza de tener que pagar una multa o de ir a la cárcel puede
bastar para encarrilar al progenitor alienador en el camino justo, y al mismo
tiempo da una excusa a los hijos para no traicionar a ese progenitor (GARDNER3,
§29 a 31)
Tratar
la enfermedad en el estadio III (grave)
La única salvación para el hijo es el cambio de tenencia. El carácter
definitivo de esta medida depende del comportamiento del progenitor alienador.
Esta medida debe ser acompañada con un tratamiento psicológico que se complica
aún más porque el hijo no quiere cooperar (GARDNER3, §40)
Esta falta de cooperación parece volver imposible el cambio de tenencia y la
creencia muy arraigada de que es mejor no separar a un hijo de su madre - en el
caso de que ella sea el progenitor alienador - sin importar el grado de locura,
explica la reticencia de los tribunales para tomar una medida como esta
(GARDNER3, §41)
Si el traslado directo de los hijos hacia el progenitor alienado se vuelve
imposible, puede considerarse el pasaje por un sitio de transición. El programa
de transición debe ser seguido por un terapeuta con mandato del tribunal, debe
tener un acceso directo a la ayuda judicial y a la producción de los mandatos
necesarios para el éxito del plan (GARDNER3, §43)
Terapia familiar en el estadio II (medio)
Bases de la terapia
La terapia debe estar a cargo de un sólo terapeuta. Este debe reunirse y tratar
a todos los miembros de la familia para establecer los lazos entre lo que cada
uno de ellos dice (GARDNER2, §3)
El tratamiento debe ser ordenado por el tribunal y el terapeuta debe estar en
comunicación directa con el tribunal (a través de un abogado especializado,
por ejemplo) El progenitor alienador debe ser informado del hecho que toda
obstrucción al tratamiento y cada falta de respecto del derecho de visita, será
inmediatamente notificado al juez por el terapeuta. El tribunal debe,
absolutamente aplicar las sanciones previstas (GARDNER2, §4)
El terapeuta debe estar familiarizado con los métodos autoritarios y
apremiantes. Además en este tipo de tratamiento, la confidencialidad
tradicional debe modificarse. En particular, se puede revelar a su propia
discreción toda información obtenida durante el tratamiento a terceros, tales
como el juez o los abogados de ambas partes (GARDNER2, §5)
Las sanciones
Todas las sanciones deben estar previstas y desarrolladas en la sentencia. Es
importante que el terapeuta, con mandato del tribunal, conozca exactamente las
amenazas que podrá utilizar en el tratamiento. Estas sanciones deben ser
aplicables sin dificultades para preservar la credibilidad del terapeuta
(GARDNER2, §7)
Las sanciones posibles, según la importancia, son: (GARDNER2, §8 y 9)
1. un informe desfavorable del terapeuta, dirigido al
tribunal
2. una reducción de la cuota alimentaria
3. una obligación
4. la amenaza de entregar la tenencia principal al otro progenitor
5. una estancia en la cárcel
3.2.3.
Consejos para el tratamiento del progenitor alienador
Este progenitor a menudo ya está siguiendo una terapia. En general, el
progenitor alienador se somete a terapia con la idea de buscar un terapeuta que
lo apoye totalmente en su causa y con el cual a menudo desarrolla una relación
patológica del tipo "locura de a dos". El tribunal no tiene que
prohibir este tratamiento, pero debe ordenarle seguir al mismo tiempo el
tratamiento obligatorio de la sentencia (GARDNER2, §11)
Típicamente el progenitor alienador se rehusará a implicarse en una terapia
impuesta por el tribunal, o al contrario, irá mostrando un gran interés,
mientras que no será nada cooperativo y hará todo lo posible para sabotearla
(GARDNER2, §12)
El terapeuta debe hacer lo posible para encontrar un aliado interno: un miembro
próximo de la familia del progenitor alienador, el cual se de cuenta del hecho
de que éste exagera. La madre del progenitor alienador es una aliada excelente,
si el terapeuta llega a convencerla. Ella puede lograr de alguna manera que el
progenitor alienador ceda un poco, persuadiéndolo de que sus maniobras son
desastrosas para los hijos. Tal aliada es difícil de encontrar, ya que todo el
mundo tiene miedo de volverse el blanco para el progenitor alienador (GARDNER2,
§13)
Motivaciones del progenitor alienador |
Respuesta |
||
|
Al nivel más superficial se intenta hacerle apreciar la importancia del papel del otro progenitor en la educación de los hijos y el hecho de que su campaña de denigración, destinada a alcanzar al otro progenitor, también contribuye a desarrollar patologías en los hijos (GARDNER2, §14) |
||
|
Ciertos progenitores alienadores utilizan la campaña
de denigración para degradar la nueva relación del otro progenitor. Pues
esta campaña necesita tiempo e interfiere contínuamente con la vida del
otro progenitor. |
||
|
Si el terapeuta se da cuenta que hay buenas razones para pensar que las decisiones relacionadas con las cuestiones financieras no son justas y contribuyen a la cólera del progenitor alienador, lo debe señalar al juez. De ninguna manera debe llegar a conclusiones propias en esta materia y debe dejar esto a cargo de los expertos (GARDNER2, §16) |
||
|
Este síntoma se puede curar con la terapia. Todas las fuentes de cólera, en relación o no con el otro progenitor, deben ser exploradas (GARDNER2, §17) |
||
|
El terapeuta debe intentar descubrir si no se trata simplemente de otra maniobra destinada a excluir los hijos de la vida del otro progenitor y, si este es el caso, debe avisar al juez. De todas formas tendrá que reconocer que, en interés de los hijos, estos deben quedarse en su ambiente actual, bajo la tenencia del otro progenitor (GARDNER2, §18) |
Consejos para el
tratamiento de los hijos
Motivaciones de los hijos |
Respuesta |
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|
El tomar en serio estas alegaciones es un muy mal servicio y antiterapéutico. Lo que los hijos pretendan querer, no es siempre lo mejor para ellos. El terapeuta debe ver su animosidad como superficial y fabricada para obtener la aprobación del progenitor alienador. El enfoque adecuado sería decirles "Vamos, estas cosas no han ocurrido. Hablemos más bien de lo que pasó realmente, como por ejemplo vuestra próxima visita con vuestro padre (madre)". El terapeuta Debe recordarle a los hijos que antes de la separación, tenían una buena relación con el progenitor alienado (GARDNER2, §20 y 21) |
||
|
Los hijos necesitan una excusa para ir con el
progenitor alienado sin perder la afección del progenitor alienador.
Necesitan la posibilidad de decirle que odian al otro progenitor, pero que
van únicamente para evitar las sanciones del tribunal. Piden nada más
que estar obligados por alguien, quién les amenace progresivamente con
estas sanciones. El terapeuta debe cumplir con este papel, lo cual implica
que sea acusado de obligarles y de manipularles cruelmente. Lo ideal es
que hayan tenido la experiencia de que el tribunal ha decidido aplicar
realmente las amenazas de sanciones financieras o penales, utilizadas por
el terapeuta. |
||
|
La separación da menos oportunidad al progenitor
alienador de alcanzar el otro progenitor. Programar los hijos para que
sean irrespetuosos, desobedientes o turbulentos durante las visitas es un
buen medio de descargar su odio. |
||
|
El mejor sitio para efectuar esta transición es el gabinete del terapeuta. El progenitor alienador trae los hijos y se queda algún tiempo con el terapeuta. Después los hijos se quedan un ratito solos con el terapeuta. El otro progenitor llega finalmente, se queda un rato con los hijos y el terapeuta, antes de irse con ellos (GARDNER2, §37) |
||
|
El terapeuta debe disuadir a los hijos de querer
complacer a cada uno de sus padres, diciendo exactamente lo que piensa que
su progenitor quisiera escuchar en ese momento. |
Consejos
para el tratamiento del progenitor alienado
El hijo muestra que le odia |
El progenitor alienado debe aprender que el inverso
del amor no es el odio, sino la indiferencia. |
El hijo no es cooperativo |
El progenitor alienado debe aprender a no dar demasiada importancia a las alegaciones de los hijos y a tolerar su animosidad en el momento de la transición. A veces, esta animosidad dura todo el tiempo de la visita. El progenitor no debe perder el coraje y debe ver en esta animosidad nada más que el resultado de la programación del progenitor alienador. Tiene que apreciar el hecho de que no obstante sus protestas vienen a visitarlo de todas formas, lo que significa que lo desean. Si realmente no quisieran (cosa que ocurre en el caso de los hijos en el estadio grave) no irían (GARDNER2, §49) |
Ocurre a menudo que el hijo, que es bueno y amigable durante la visita, tenga en cierto momento una crisis de cólera o de rabia. |
Hay que ver en este episodio una demostración de la programación del progenitor alienador. El hijo alienado relatará el momento de cólera como extendido a toda la visita y no se hará ninguna mención a los restantes 95% de buenos momentos. A veces, esta crisis proviene de la cólera generada por la confusión del hijo debido al conflicto de los padres (GARDNER2, §50) |
El hijo le acusa de falsas alegaciones |
El progenitor alienado necesita ayuda para volver a
encausar al hijo de sus provocaciones hostiles hacia una relación más
sana; no debe insistir sobre el hecho de si una alegación es verídica o
falsa. Una respuesta simple y breve basta. |
El lazo parece roto |
Hablar de los tiempos pasados, multiplicar las actividades y los intercambios, recrear los juegos "privados" que dan a cada relación su carácter único (palabras, códigos, canciones preferidas...) (GARDNER2, §52) |
Dificultades en el momento de la toma a cargo del hijo |
Hacerse acompañar por la policía puede ser útil para legitimar el momento y la hora de la toma a cargo del hijo, pero le da una excusa al progenitor alienador (GARDNER2, §53) |
El programa de transición en la tercera etapa (grave)
El
lugar de la transición
Según las posibilidades, se considera uno de los tres lugares de transición
siguientes:
|
Se debe evitar la casa de un pariente. Ese amigo o conocido de acogida tienen que tener una buena relación con el hijo. Tiene que estar al corriente de la gravedad de la patología del progenitor alienador. Tiene que ser bastante fuerte para prohibir todo contacto telefónico con este progenitor y tiene que relatar al tribunal todo incumplimiento de este hacia las sentencias (GARDNER3, §47) |
||
|
Es donde se alojan los pequeños delincuentes, los niños abandonados o abusados. La vigilancia es más organizada y el control del comportamiento del hijo será más fácil allí. (GARDNER3, §50) Sin ser ideal, este lugar a veces tiene la ventaja de motivar a un hijo a ser más cooperativo (GARDNER3, §63) |
||
|
El personal sanitario debe estar al corriente y en contacto con el tribunal (GARDNER3, §52) |
Las
fases de la transición
El objetivo es darle al hijo la posibilidad de vivir la experiencia del hecho que el progenitor alienado no es la persona peligrosa o innoble que le han descrito (GARDNER3, §54)
Fase 1 |
El hijo se coloca en el lugar de transición y se corta todo contacto con el progenitor alienador. Se pone gradualmente en contacto con el progenitor alienado durante visitas más y más largas y frecuentes, según se acostumbra. |
Fase 2 |
Siempre sin contacto alguno con el progenitor alienador, el hijo hace visitas más y más largas en la casa del progenitor alienado, hasta que se considera que puede vivir allí de manera permanente... |
Fase 3 |
El hijo vive con el progenitor alienado. Todo contacto con el progenitor alienador está prohibido y el menor intento se castiga severamente (obligaciones, encarcelamiento, hospitalización...) |
Fase 4 |
El progenitor alienador vuelve gradualmente a tener contacto telefónico vigilado con el hijo, a condición de que controle su obsesión por manipular al hijo. |
Fase 5 |
El progenitor alienador visita bajo vigilancia al hijo en casa del progenitor alienado, a condición de que controle su animosidad hacia el progenitor alienado. |
Fase 6 |
En cuanto todo riesgo de reprogramación haya desaparecido, se pueden intentar visitas breves y controladas del hijo en la casa del progenitor alienador. |
Los padres
que han tenido éxito...
(MAJOR, §77)
1) |
han seguido cursos para ser padres superiores a la media |
2) |
eran atemperados y controlaban sus emociones |
3) |
no han abandonado nunca la lucha, a pesar de las ganas y del desánimo |
4) |
querían (y eran capaces de) encargarse de los gastos necesarios |
5) |
tenían un abogado que conocía el síndrome y se habían puesto al corriente de las leyes y del funcionamiento de los tribunales |
6) |
han pedido un estudio experto medicolegal, que ha diagnosticado el SAP y ha recomendado el cambio de tenencia |
7) |
tenían un plan de acción para la educación de los hijos y han mostrado que eran racionales y razonables |
8) |
han buscado la paz y las soluciones antes que la confrontación, apiadándose del mal que se ha hecho |
9) |
han guardado un diario de lo sucedido, útil para convencer el tribunal |
10) |
han respetado siempre los derechos de visita a pesar de que los hijos no se presentaran, de manera de ser capaces de demostrar que lo han intentado, contrariamente a lo que el otro dice |
11) |
durante las visitas de los hijos, no han pensado más que en divertirse, y no les han enseñado nunca jamás las sentencias u otros documentos sensibles |
12) |
han respetado siempre la ley al pie de la letra (han pagado siempre la cuota alimentaria p.e.) |
13) |
era siempre gente decente, tenían principios y amaban a sus hijos |
[1]
Julio Bronchal Cambra, Psicólogo, del
artículo: „Atentados en contra del vínculo de los
hijos con el padre no custodio: El síndrome de alienación parental“,
de http://ayudaafamiliasseparadas.fiestras.com/servlet/ContentServer?pagename=R&c=Articulo&cid=1034695671718&pubid=988617426871
APADESHI
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