La Alienación Parental
,
el Clan Alienador, el cambio de victima (observaciones)
Autor: José María Bouza –
Co
- autor del Libro - (SAP) SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL Proceso de obstrucción del vínculo
entre los hijos y uno de sus progenitores - Argentina
Ese “Clan Alienador” asume una concepción exaltada de la historia, en donde indefectiblemente debe existir un “Enemigo peligroso“ a eliminar, asumiendo la protección de las supuestas victimas, quedando justificada la violencia psíquica y física necesaria ejercida para dicha protección. Se entiende la intervención del entorno, porque van en auxilio y porque cada individuo guarda su propio conflicto interior y la vida ajena representa un medio para descargar sus propias cuestiones no resueltas.
Se observa claramente el fenómeno de “los nuestros” y “los otros” , bandos necesarios para justificar cualquier contienda, sin importar que “Los otros” , no este imbuidos del espíritu combativo, el “Clan Alienador” fija sus modalidades. Si no hay enemigos identificados, no podría existir la “Alienación”.
“Es una guerra contra la cual los niños no pueden ganar o defender ellos mismos. Es una guerra donde está alguien el “enemigo” que los niños aman - Dra. Reena Sommer
La eliminación total del Progenitor rechazado como objetivo grupal, es una percepción errónea por parte del “Clan Alienador”, pues para existir la “Alienación Parental” debe ser de acción continua y existir una “ victima presente “.
Cuando el proceso alienante logra el objetivo de eliminación física y afectiva, el Alienador incorporo la “actitud adictiva de la destrucción” , siente la necesidad de la “Provocación” y la ejercerá hacia adentro , buscando ir tras un nuevo “blanco”, se unirá a un hijo , a otro familiar, buscara dentro del “Clan Alienador”, el o los aliados en contra de una nueva “victima directa” que generalmente es parte de ese mismo entorno. Usualmente la primer opción sobre quien volcara la nueva acción alienadora es la “nueva pareja” que hasta un tiempo atrás era fiel colaborador /a de su proyecto de exclusión.
Si esa compulsión alienadora es dirigida hacia un “hijo”, motiva la necesidad del hijo convertido en “nueva victima” de buscar al Progenitor que fue excluido de su vida, “el rechazado” , como una forma de escape a la violencia que teme, por haberla conocido al ser aliado ocasional.
Es de suma importancia para la
victima de
Una vez activada la bomba de la conducta alienadora, persiste en actividad, y el “Alienador” busca contra quien volcar sus desbordes, es habitual la perdida del “Clan”, ante los riesgos jurídicos a los que se ven expuestos, cuando los hijos logran liberarse de esas presiones. Si el alienador no encuentra su nuevo objetivo, a falta de referente cierto , comenzara la acción destructiva contra si mismo /a.
Es observable para el entorno que la persona Alienadora va alterando su conducta, cada vez se muestra mas confrontativa, reduciéndose el vinculo de amistades y familia aliada.
Cuando ese entorno vislumbra que algo no cierra en esa “historia oficial”, repetida desde lo emocional, careciente de fundamentos, se aparta por preservación.
Los hijos al comenzar el despertar a la realidad y la conducta del alienador, de acuerdo a lo aprendido tienden a “Demonizar” a quien fue su Alienador y a tener exageradas expectativas hacia quien fue alejado.
Para el Alienador Parental, es indispensable mantener en el tiempo su actitud alienadora, la hipótesis de conflicto permanente, el riesgo en el vinculo con el otro, la negación hacia el supuesto enemigo del “Clan”.
Luego de años de Alienación Parental, los hijos comienzan el proceso opuesto, suelen reconocer al verdadero victimario y producir un rechazo hacia esa persona. Es en la adolescencia en donde se produce las mayores decisiones de autoexclusión de los hijos.
El equilibrio perdido en esa
familia, no es de fácil recuperación y los hijos deben encontrar en el
Progenitor victima de
Los niños, no así el padre alejado, están totalmente indefensos para ayudarse a sí mismos. Sólo les queda esperar que los adultos resuelvan el problema para liberarlos de esta pesadilla. Si la intervención no se produce, el niño queda abandonado y crecerá con pensamientos disfuncionales Dr. Douglas Darnall.
APADESHI